No soy muy partidario de usar la expresión “película necesaria” para alabar a una película, ya que no se puede justificar la calidad de una misma por el simple hecho de hablar de algo importante, es necesario que esté acompañada de virtudes cinematográficas que justifiquen que sea llevada a la gran pantalla. Pero en este caso Carla Simón, con infinidad de recursos narrativos y visuales que lo respaldan, ha creado una película realmente “necesaria” y que el cine español llevaba esperando hace mucho tiempo. “Romería” es la tercera película de la directora nacida en Barcelona, tras las magníficas “Verano 1993” y “Alcarràs” (ganadora del festival de Berlín en 2022). Con ambas cintas Carla se ganó el reconocimiento de crítica y público y provocó una ola de cine naturalista dentro de la industria española de cantidad de voces intentando copiar su estilo, pero sin lograr llegar, en la mayoría de casos, a esos niveles de naturalidad e intimidad. Con “Romería”, Carla Simón ha logrado un paso más en su carrera tanto visual como narrativamente, un pequeño milagro que es, sin duda, su mejor película y la mejor del cine español en lo que llevamos de año.
Marina es una niña que perdió a sus padres a causa del sida que viaja a Galicia a encontrarse con una desconocida familia paterna y a conseguir el reconocimiento como hija de su padre para conseguir una beca universitaria. Ese es el punto de partida que usa la directora para hacer gala de su estilo inconfundible de naturalidad, intimidad y emotividad combinando de forma magistral distintas texturas y formatos para llegar a una última media hora apabullante donde Carla Simón da un paso más en su carrera adentrándose en el fantástico y entregándonos los mejores minutos del cine español este año. “Romería” es una carta de amor, de reconocimiento y de dignidad a una generación estigmatizada, escondida y maltratada como si de algo vergonzante se tratara. La realizadora les da su historia, su cuento con amor y sin ocultar las desgracias, aquel que se ha escondido o que no han querido contar. En el camino, Simón disecciona la familia, sus relaciones, sus heridas y la forma de afrontar la enfermedad mientras cuestiona qué es lo que realmente nos hace familia. “Romería” nos hace reconciliarnos con nuestros padres, entenderlos y perdonarlos. Por último, Carla Simón ensalza a las nuevas generaciones, pasadas y presentes, como las más abiertas, las que menos prejuicios muestran y las responsables de los cambios a mejor de cada momento.
No podemos acabar este artículo sin mencionar la increíble actuación de la protagonista Llucía García que con una luz y brillo indescriptibles llena la pantalla de naturalidad y verdad. En definitiva, “Romería” es la confirmación de Carla Simón como una de las voces más especiales e importantes del cine español y la mejor película que el cine patrio ha dado este año.
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