“One Battle After Another” Paul Thomas Anderson enciende la mecha de la revolución y la del amor con su nueva obra maestra

El momento más esperado del año ha llegado, por fin tenemos en cines “One Battle After Another” la última película de Paul Thomas Anderson. Y eso amigos, son palabras mayúsculas. No tengo miedo a afirmar que no ha habido un director mejor ni más importante en los últimos 25 años que Paul Thomas Anderson. Un director que no hace más que acumular en su filmografía obras maestras tan diferentes y variadas en temática como iguales y perfección y maestría, “Boogie Nights”, “Magnolia”, “The Master” y mis tres favoritas “There Will Be Blood”, “The Phantom Thread” y “Licorice Pizza” componen una filmografía al alcance de muy pocos directores. 


En esta ocasión, sin hacer muchos spoilers, el director californiano nos cuenta las historia de un grupo revolucionario que lucha contra distintas causas sociales encabezados por un nuevamente increíble Leonardo DiCaprio (Bob Ferguson) y una hipnótica Teyana Tylor (Perfidia Beverly)  lo cuales tienen una hija (Willa), hasta que un día todo se tuerce y ella acaba detenida delatando a toda la organización que se ve obligada a huir y exiliarse lejos de la lupa de un coronel que les perseguirá sin descanso interpretado por un temible Sean Penn (Lockjaw). La película salta años después donde vemos a Bob intentando lidiar, entender, encajar y educar a su hija Willa con la que la relación no es la mejor posible, mientras comienza un juego del coyote y correcaminos, nunca mejor dicho porque la película tiene planos y escenarios que nos recuerdan mucho a los de las incesantes persecuciones de los dibujos animados, entre el personaje de Lockjaw y los personajes Bob y su hija Willa interpretada por una gran revelación como Chase Infiniti. Es magistral la forma en la que Paul Thomas Anderson teje una trama de casi tres horas de metraje que pasa volando y es capaz de crear su película más reivindica  y política y, a su vez, su película más tierna y emotiva. 


One Battle After Another” pone nuestro mundo frente al espejo, un mundo amenazado por el auge del fascismo, del racismo, de la intolerancia, que sigue queriéndose apoderar del cuerpo de la mujer y con un capitalismo y ansias de poder que se lleva por delante todo lo que se interfiera en su camino. Un mundo que sigue teniendo los problemas de hace décadas ya sea porque no se han erradicado o porque han vuelto a aparecer. Paul Thomas Anderson nos llama a la revolución, a una revolución feroz que luche por vencer todas esas injusticias sociales y que plante cara a ese fascismo que viene, nos persigue y parece indestructible (representado en el personaje de Sean Penn) aunque cueste y no lo consigamos, aunque sea solo para enseñar el camino a las nuevas generaciones (como la hija de Bob Ferguson) y que la lucha siga y no cese hasta que se consiga aunque sea vencer en alguna pequeña batalla que nos prepare para la siguiente. Y para ello, como siempre, toma papel fundamental el amor. 


Porque “One Battle After Another” no deja de ser la historia de un padre que ama a su hija y que cuya mayor batalla ha sido criar solo a su hija. Un padre torpe, alcohólico y drogadicto que le viene grande esto de la paternidad  y que hace a su manera lo que puede para proteger y demostrar que ama a su hija, tanto recorrería el desierto entero, como hacía Ethan Edwards (John Wayne) con su sobrina en “Centauros del Desierto”, por salvarla y abrazarla. Hay una escena de una persecución por la carretera a tres bandas cuyas curvas suben y bajan como si de un dibujo animado se tratara, que consigue un nivel de dirección, puesta en escena, montaje, nervio y tensión tan sublimes que solo es superado por el nivel de emoción y emotividad con la que acaba esa escena. Todo el reparto está fantástico desde Teyana Tylor merendándose los primeros minutos de película, pasando por un Benicio del Toro divertidísimo, llegando a un Sean Penn que crea un lunático para el recuerdo y terminando por el que para nosotros mejor está, Leonardo DiCaprio que nos da un recital de verdad, humor, tristeza, ternura y emoción solo al alcance de lo que es, una leyenda del cine. A nivel de dirección, guión, montaje, fotografía, sonido y banda sonora sonora la película es un prodigio tras otro. 


En definitiva, “One Battle After Another” es una obra maestra generacional, brillante, sublime y magistral que, sin duda, es la obra más feroz y política del director, pero también la más preciosa y emotiva. ¡Viva la revolución! !viva el amor! y !viva Paul Thomas Anderson!

A continuación, os dejamos la video crítica de “One Battle After Another”…



Comentarios