Cinco años ha tardado el ganador del Oscar por esa obra maestra llamada “Parasite” en entregarnos su nueva pelicula y el resultado ha sido, una vez más, excelente. Existen dos tipos de películas dentro de la filmografía de Bong Joon-Ho, las películas rodadas en coreano (“Mother”, “The Host” “Memories of a Murder” o “Parasite”) y las películas estadounidenses (Okja o Snowpiercer”). Mickey 17 pertenece a este segundo grupo y es, sin duda, la mejor película de producción norteamericana del director.
Mickey 17 es una comedia satírica y por momento absurda (para bien) mezclada en un mundo de ciencia ficción (con monstruos espaciales incluidos) que combina una producción excelente con un aroma a cine de serie B que funcionan de maravilla. Mientras estamos ante un divertimento absoluto gracias a una idea brillante, una aventura adictiva, bichos, muertes y multitud de elementos que mantienen al espectador como a un niño en un parque de bolas, Bong Joon-Ho se las apaña para atizar, sin piedad alguna, al capitalismo y a las condiciones laborales y vitales que tiene reservadas para las personas, a esos líderes estupidos, ridículos, fascistas y racistas (clara referencia a Trump) que lideran el mundo y como tanto para unos y otros no dejamos de ser un número fácilmente sustituible por otro. La película tiene también una crítica colonialista y un discurso pro naturaleza que deja en evidencia al ser humano y su eterna ambición de controlar y dominar todo.
Mickey 17 tiene además una reflexión potente y emotiva reflexión sobre la muerte y la vida. Paradójicamente la muerte es lo que da sentido a nuestra vida y lo que realmente nos permite disfrutar y ser feliz al máximo.
Capítulo a parte merece Robert Pattinson que nos entrega la que es, junto con “The Lighthouse”, su mejor actuación hasta la fecha. Un festival de carisma, humor, sensibilidad y matices que serían merecedores de una nominación al Oscar tanto en Actor Principal como en Actor Secundario (ya lo entenderéis). Completan el reparto unos delirantes Mark Ruffalo y Toni Collette y unos solventes Steven Yeun y Naomi Ackie.
En definitiva, estamos ante una película sobresaliente que, sin tomarse muy en serio a sí misma, consigue divertir, emocionar y una reflexión mucho más profunda en el espectador, sobre múltiples aspectos, de lo que puede parecer. Una nueva joya de Bong Joon-Ho.
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