Nosferatu, la última obra maestra de 2024

En pleno 2024 cuando las películas sobre vampiras están más que usadas y recicladas a muy poca gente le podría apetecer un remake de Nosferatu de F. W. Murnau, uno de los tótems del género de terror y una de las mejores películas de la historia en dicho género. Pero claro, si el proyecto corre a cargo de Robert Eggers, director que nos dejó atónitos ante sus tres obras anteriores, las ganas eran enormes. Y el resultado ha sido la última gran obra maestra de 2024.

Porque Nosferatu es un monumento visual, un torbellino de imágenes tan portentosas como preciosas. Entre la puesta en escena de Eggers y la espectacular fotografía Nosferatu lleva a su máxima expresión el elemento más importante de este arte llamado cine, la imagen. Es imposible no estar hipnotizado ante esta pesadilla expresionista (la más de todas las versiones) que con sólo sus imágenes ya consigue estremecer, aterrar, maravillar y entristecer a niveles gigantes. Todo ello acompañado por un diseño de producción, maquillaje, vestuario y uso del sonido y música perfectos que hacen aún más alucinante la experiencia.

Pero encima Nosferatu es mucho más que estética. Eggers consigue igualar la fuerza que ya tenía el relato que adapta y al colocar a la mujer en el centro de la historia el relato es incluso más potente. Eggers decide que el personaje interpretado por una titánica Lily-Rose Depp sea la desencadenante de ese mal en la tierra llamado Nosferatu debido a su soledad y deseos más primarios. Gracias a esa decisión la película consigue multitud de lecturas que encajan simultáneamente de forma perfecta. Nosferatu habla de la redención, de como el mal se impone a todo, del poder del amor, del deseo, de las relaciones tóxicas, de la presión social sobre la mujer, de los negacionistas de catástrofes venideras y de mucho más. Todo ello bajo el disfrute de una historia pesadillesca terrorífica, sangrienta, inquietante, romántica, triste, preciosa y bella a partes iguales.

Por último, comentar la estética de Nosferatu, interpretado por un, desde ya, icónico Bill Skarsgard. Más monstruoso y sangriento que nunca pero, a su vez, el conde más realista visto en pantalla.

Todo lo comentado en su conjunto hace que Robert Eggers nos haya entregado la última gran obra maestra de 2024, la obra majestuosa de un artista y la prueba definitiva de que estamos ante el mejor director de su generación.

En clave Oscar, imaginamos que Nosferatu pasará desapercibida (salvo alguna categoría técnica) en la temporada de premios. Pero desde “Todo Cine” no dudamos que Nosferatu debería estar nominada en Película, Dirección, Actriz, Guión Adaptado, Fotografía, Diseño de Producción, Vestuario, Maquillaje y Peluquería, Sonido y BSO.


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