Hay una expresión que se repite mucho entre las altas esferas para referirse a esos hombres millonarios que, además de poseer grandes fortunas, dominan el poder y sus organismos a su antojo, "Un hombre hecho a si mismo" o lo que es lo mismo la enésima repetición del cuento de la meritocracia que un capitalismo creado por y para los poderosos nos intenta vender. Uno de los grandes aciertos de la última película de Ali Abbasi sobre Donald Trump (uno de esos hombres hechos a si mismo) es desmontar y retratar al ex-presidente de los Estados Unidos y a muchos otros como él.
Centrando la historia en la relación maestro-pupilo entre Donald Trump y su abogado Roy Cohn (un imperial Jeremy Strong) vemos el ascenso al poder de un hombre mediocre que vive de la fortuna perteneciente a su padre y que se las apaña por medio de exprimir a los más desfavorecidos y de corromper, sobornar y chantajear al sistema y órganos del poder (salen muy mal parados también). Para ello cuenta con la ayuda de su abogado Roy Cohn del que copia, una muestra más de su mediocridad, su propia filosofía de vida pero no algo de humanidad que sí muestra el personaje interpretado por Jeremy Strong.
La película consigue que entendamos el camino recorrido hasta llegar a un hombre cegado por las ansias de riqueza y poder, capaz de negar cualquier evidencia, profesional de la difamación y maestro de aprovechar la crispación social en su propio beneficio. Un ser sin alma ni escrúpulos interpretado de forma formidable por un Sebastián Stan que se fusiona con el personaje sin caer caricatura.
Ali Abbasi decide dar a la película un formato que mezcla el relato clásico con el falso documental que sienta muy bien a la película y le da un grado de realismo muy alto. Además, Ali Abbasi se atreve a filmar un episodio entre Donald Trump y su ex-mujer Ivana que, sin duda, provocará polémica y conversaciones a su alrededor.
Por último, la película decide terminar con un plano que de manera muy brillante nos explica las razones que hacen que personajes cómo Donald Trump puedan llegar a dominar uno de los países más poderosos del mundo y tener millones de incondicionales.
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